Un día difícil le pregunté a Dios:
Que hice para merecer esto?
Dios mío, por qué conmigo?
Todo me salía mal,
Había perdido mi equipo favorito,
el carro no quería prender
y de paso tenia un caucho pichado.
En horas de amargura
podemos sacar algo bueno de la situación.
Las cosas por separado no tienen valor,
puesto que en su unión
se puede sacar una buena solución.
Un vaso de aceite no tiene buen sabor,
medio kilo de harina de trigo
con bicarbonato de sodio,
me puede asfixiar más bien,
comer dos o tres huevos crudos
no tiene gracia ninguna,
la sal o la azúcar misma puede empaladar,
hasta la misma agua,
sola sirve únicamente para quitar la sed,
pero si juntamos todo esto
podemos hacer una bella torta,
bien batida y horneada
lograremos cambiar la opinión de los malos sabores.
Dios trabaja de la misma manera.
Las pruebas saben mal,
nos dejan un mal gusto,
las dificultades son eso mismo,
todo lo difícil,
la fe, la confianza,
aunque son buenas,
pero si no se pone en orden,
si no se funde el oro,
no se podrá sacar las impurezas,
para que después
tengamos la victoria,
para que tengamos el oro puro.
Este es el resultado de mucha experiencia,
digo yo que es la formula,
con la unica cosa
que a veces no resulta es con el tiempo,
ya que para Dios no hay tiempo,
pero es asi, los ingredientes por si solos no hacen nada,
todo resulta cuando los juntamos
y por supuesto esperamos.
Vivimos en una dimension de mortales,
vivimos en lo material
y por supuesto de tiempo,
mientras que la dimension de Dios es espiritual,
sin tiempo, eterno y sin materia,
hace falta que nosotros sepamos manejar esta situacion
y las cosas seran diferentes