Declaro el mar sobre la tierra
y el cielo entre sus costas.
Estoy mirando al amor perplejo
como si fuera cálido festín.
Princesa de lo cristalino,
dulce crespín
que ilumina los recuerdos,
te extrañaré,
mas era sabido que algo
entre nosotros pasaba.
¿Eras tú la que volvió
o sólo me ilusionaste
con tu aspecto?
Hoy por hoy, esta hoja canta
sola en la cuna
una sombría canción para la luna.
Ella es un hacha
llevando en sus hombros el poema.
¿Te encontraré nuevamente?
Cuando tú llegues,
ha de regar mi candor la luna nueva.