María

CIERRE...

 

¿Dónde quedó mi anhelo demorado? Ese deseo de vos que me invadía, como me asalta la noche. ¿Dónde están las ansias que me empujaban a convocarte? Esas pretensiones expectantes que clamaban tu presencia cercana. Tal vez entendí que aquello que se ruega no es palabra sagrada.