Tormenta en el camino de la nada
-solo un decir, la nada es ausencia-
tristeza que se adhiere sin clemencia
como preñez de amor que no es pintada.
Gestación en silencio y ajustada
a los porqués que trae la dolencia,
que patean entrañas y paciencia,
entre notas perdidas de tonada.
Gravidez de riesgo y testaruda,
de borrosa visión por las ventanas,
se traga en soledad la negra viuda.
Tirando de su traje, piel congoja,
no escucha un ruiseñor sino campanas
que alertan de la flor que se deshoja.
Malpare la nostalgia y la tristeza;
evoca lo que fue, sin su dureza...