Apenas puse un pie en la tierra
comprendí que no era joda,
todo al revés,
nunca lo entendí,
No comprendía
la realidad que respiraba,
ni la tierra, ni los asnos
que me rodeaban.
Tampoco los buitres
¿¡Quiénes son carajo!?
¿acaso no cagan?,
sí, yo los he visto cagar.
Miran de soslayo,
como miran los traidores,
los rufianes que mugren
entre pedo y pedo.
Yo fui viviendo
y recogiendo heces.
A veces un beso,
una caricia y luego
una cachetada
con olor a pólvora quemada.
Me cansé muchas veces,
me asqueé de la caca
que a cada rato rompía la “calma”.
Esa caca con uniforme
y bigotes orondos
que se me venían encima
al terminar cada discurso.
De esos tuvimos mucho,
pero… ¿han notado?
que no hablé del ciudadano,
¿para qué, no?
es el más codiciado
a la hora de los votos
y el más estropeado
a la hora de sufrir.
A veces son pobres,
otras veces ricos,
también delincuentes
que se llenan de guita.
Yo viví mirando eso
y los vi lamiendo culos,
y sigo viendo a los mismos.
que se muestran en T.V.
Pero es tanto, tanto, lo que vi
que estoy harto de ver lo que he visto,
mirando todo lo podrido
que lo llevo en los ojos
como colgajos de bosta
cayéndome por el rostro.
CARLOS A. BADARACCO
27/7/14
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