Las mañanas frías me hacen añorar el sol,
Con sus cálidas siluetas de armonía y calor
Reforzando mis pies, caminando con mi amor.
Al abrir mis ojos en cada despertar,
Te encuentras a mi lado, y siento tu respirar.
Tu pelo enmarañado, tu gesto tan singular
Cuando semidormida me saludas, casi sin mirar.
¡Cariño ya es tarde, hay que ir a trabajar!,
Tú me miras y te estiras, como una garza
En medio de un frondoso vergel.
Te miro subyugado, como una bella visión
Que inunda mi día en solo un despertar.
Cuando te miras al espejo, quisiera estar en él,
En quien reflejas tu cuerpo, tu sonrisa, tu mirar
¿sabes? no quiero que cambies nada en ti, esa
Fuerza que posees dentro de tu ser casi infantil
Que traslada mi espíritu hacia el paraíso terrenal.
Es claro el amanecer, el sol se vislumbra en
Medio de la ciudad, las aves vuelan
Acompañando con su trinar, la gente empieza su vagar,
El Día ya ha llegado, gracias Dios por este nuevo despertar.