Anhelaba sentir tu respirar
y la seda sutil de tu cabello,
que lleva implícito el sello
de tu dulce forma de amar.
Anhelaba tus caricias disfrutar
y llenarme de ti cabalmente,
sin preocuparme de la gente
que tiene el vicio de criticar.
Pero todo se fué al pozo
y el encanto se rompió,
se acabó ese alborozo
que en mis locuras nació,
te llevas de mí un trozo
de algo que nació y murió.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Jun.19/15