Eres, en el ponto de mi existencia,
la madrépora divina de mi vivir.
Son tus razones
la elocuencia de la luna
el agua cristalina que da vida ,
la viveza de tu esencia
y la antorcha que ilumina mi sentir.
Tienes la gracia de una reina,
la postura mágica de una diosa
y el hechizo de mis noches.
Eres ese día que deslumbra
y enloquece de alegría,
recorriendo todo el mundo,
suavizando los torrentes
y explorando la riqueza de mis días...