Golpea a mi alma el viento
como pan fresco
que cae sobre la mesa.
Escondo las lagrimas del dia
en racimos de confusas agonias.
Pero esta tierra encriptada
solo es un equilatero en desorden
de esta crepitante garganta
que se apaga y susurra.
Sed de fuego.
Sed de multitudes.
¿ Cuantas hojas caen de un Eden
que dividen al hombre
como granos que caen
en el arado de un campesino ?
Soy agua o pan para todos
o soy blanco y negro
que no deberian
dividir nuestros rostros.
No me pongas
sobre una balanza amarilla
el oro pesa mas en mi conciencia.
Algunos nacimos en el dia
otros en la noche.
Si ya la tierra
dejo de ser plana.
NADA DEBERIA
DIVIDIR
A LOS HOMBRES.