Cuando la tierra tiembla
enmudecen las almas
y se esfuman los sueños.
Se estremecen los días
saturados de estío,
se exalta el sufrimiento,
se clama por la vida,
se desata la angustia.
Cuando la tierra tiembla,
la palabra se esconde
dando paso a la acción
Pero habrá siempre un poema,
una canción, una flor,
que se escurra entre los escombros
derramando metáforas
y adornen la vida mitigando el dolor.
Cuando las entrañas del mundo enfurecen,
somos hojas de papel lanzadas al viento.
Y aunque estos humildes versos
sólo sean un pobre consuelo
ante tamaña congoja,
algo se habrá modificado
y siempre habrá un nuevo amanecer.
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