Y pude soñarte en la más cálida de las auroras
En la más sublime calma y en el más tranquilizador de los silencios
Donde tus palabras eran versos, tu mirada el regocijo de mi alma..
Tus manos ese refugio tan anhelado,
Y tus labios el frenesí que envuelve mi cordura y me hace desaparecer..
Pude soñarte en el más hermoso de los cielos,
Alcanzado la gloria con tus besos, embriagándome con tu cuerpo,
Manifestando con exquisita ternura las caricias que desbordaban de tu magnificente ser..
Aun en mis desvelos consigo soñarte,
Entre las noches taciturnas donde es imposible conciliar el sueño,
Envolviéndome en el deseo de sentirte en mi regazo,
Presa a la necesidad de entregarme a una pasión efímera de besos,
siendo condenados a el pecado divino de amarnos sin control.
A los sueños les otorgo la dicha inmensa del abrazo, del suspiro enamorado,
Del encuentro mágico donde las almas se reúnen para amarse, ajena a la realidad
pero cercana a la eternidad de adorarte infinitamente, aunque la eternidad
sea tan fugaz que te aparte de mi con cada amanecer…