Rosa de cristal que separas
la luz del sol que amenaza
a mis ojos cerrados en la noche,
cantando a la Luna me hallas.
El día llegará mañana
y pronto pasará el eclipse.
Tú seguirás mirando mi alma
intentando separar la luz que emana.
El sol te hace creer bella,
transparente, colorida y clara,
pero es que me gustas más callada
escuchándome bajo las estrellas.
Cantando a mi lado serena
como guitarra, campana o latido
de corazón que llora por lo sufrido
pero que inspira un dulce poema.
No hay dolor del que no aprenda
ni amor que no me haga más hombre,
ni beso que no me dé más hambre
de arrancarte todas las vendas
y curar tus fisuras con mi carne,
y llenar tus venas con mi sangre,
si necesitas vivir pero sin mí,
y sería yo capaz de matarme.
Sería viento que en la noche
te balancea sobre las hojas
del árbol que el rocío moja
y en tus labios se derroche.
Sería maduro fruto que sacie
tu apetito en la mañana,
sería el resquicio o la ventana
que te mira primero antes que nadie.
Mira mis ojos, rosa de cristal,
porque estos jamás te harán daño,
que quieren mirarte bailar
y cuidar tu descanso.
Y guardarte la sonrisa,
y ser siempre sin prisa pañuelo
y dulce brisa que seca tu llanto,
te da las alas y te hace vuelo.
Mira, linda, que sólo quiero
que nunca seas quebrada,
proteger tu aroma, tus pétalos y tu cuerpo
y alma guardes bella y clara.
Por ti sé que hasta el sol precisa
sea oscuro para alumbrar,
y mi ser y esencia necesita
sólo que seas feliz, mi rosa de cristal.