Bebo tu cariño,
que como amor descalzo,
no deja de caminar en mi mente.
Antes, interpreto tu silencio
que me mira tiernamente
y conquista mi hábitat,
donde enciendes con verdes
mi corazón de niño y mi verdad.
Bebo tu cariño
porque no quiero extrañar tu vida
ni el sol que se refleje en mi costumbre.
Realidades refugiadas en mi alma
y en la margen de mi río.
Tengo la noche por compañía,
velando conmigo mi desvelo.
Me platica cada detalle de ti
y de tu hermosa lozanía
hasta que renueva el alba
y me invita a dormir fundido en el cielo
y entrar en tu soñada cercanía,
acomodando mi corazón en tu palabra
y en el encaje de tu excelsa poesía...