Con asombro de mirarte,
con admiración de oírte, con deseo de tocarte
y sobre todo con el derecho de amarte
he de querer tomarte entre mis endebles brazos
y hacerte pedazos.
No sé si tu lo puedas entender,
ni yo si te lo pueda decir,
Ya que le has quitado el matiz a mi vida.
Pero el problema no es que la vida se vuelva gris
Si no, lo que has provocado en mi,
Pues tu voz pudo enternecerme,
y tu presencia suspenderme
¿Quién eres?, ¿Quién?,
que estando yo aquí he de adorarte solo a ti.
Quiero preguntarte, pero ni sé que preguntar.
Solo te diré que no es un pecado amarte,
que el cielo se vuelve gris,
que el pájaro se quede sin matiz,
y que no hay luna que siga a la noche,
ni estrella que la contemple ya que no estas aquí.