LUCIO ROBERTO RAMÍREZ GONZÁLEZ

QUIZÁ SEA VERDAD QUE TENGO UN ALMA TRISTE

QUIZÁ SEA VERDAD QUE TENGO UN ALMA TRISTE

 

Ayer mientras dormías sonaste entre sueños,
entre sueños decías lo que nunca dices.
\"Tienes un alma triste pero aun así te amo\".
El silencio siguió para no despertarte,
quería escuchar tus secretos pensamientos,
sin embargo aun entre sueños también callaste.

 

Esperé en la quietud de la noche a tus sueños,
más también tus sueños quedaron todos quietos,
mujer, ¿Quizá es verdad lo que en tus sueños dices?,
La inquietud ha llegado al fondo de mi mente,
¿Cómo puedes, mujer, amar aun mi tristeza?,
Quiero saber la verdad. Sacar la desazón.

 

Esta mañana me miraste como siempre,
con esos ojos, negros, de quietud que inquieta,
te dije, amor ¿En verdad amas mi alma triste?,
Tus labios se abrieron, queriendo decir algo,
en silencio besaste mi boca con pasión,
te sentaste sobre mis piernas y me amaste.

 

Durante el día me pregunté muchas veces,
¿Por qué, especialmente hoy, estará ella en silencio?
Estas y otras preguntas rondaron mi mente,
turbado me empujé sobre una banca del parque,
¿Tengo un alma triste?, ¿Por qué estará en silencio?,
¿Amará esta mujer de verdad mi tristeza?

 

Sin encontrar respuestas a la encrucijada,
pensativo, cabizbajo, meditabundo,
regresé a casa, aun lejos escuché la música,
la consola sonaba mientras tú bailabas,
la bendita canción en sus letras decía:
\"Tienes un alma triste pero aun así ... te amo\".