Echo de menos...
la luz de tu mirada,
el brillo de tus ojos,
el amor en tus palabras,
la ternura de tus caricias.
Echo de menos...
el cariño de tus abrazos,
el sabor de tus besos,
la suavidad del roce de tu piel,
y tu pasión, tu dulzura, tu esencia,
dulce como la miel.
Ya solo me queda echarte de menos,
maquillar la realidad,
alquilar trocitos de tiempo,
añadirlos a un solo momento,
y soñar...
Soñar en lo que pudo ser,
y no fue,
pero si llegara a ser,
habría sido una bella realidad.
Te echo de menos,
pero, siempre nos queda el recuerdo.