Antonio RV

Y el rencor del ángel caído se desvanecerá.

 

Si te flajelas,

sangre de mi sangre...

y de la de tu padre,

por el agravio que me causaste,

lloraré desconsolada

sintiendo que no me amas

y.. te dañas.

Dame esa dulzura

que celosa la encadenas

con violento enfado

de mohínos gestos.

Dame alegría

y la felicidad

que tanto mentas

pero sin paz

no la encuentras.

Dame vida

estando yo muerta...

una nieta;

sé que la deseas.

La arruyaré,

la sonreiré

y a su vera estaré.

Verás diéz corazones

como soles de grandes

cabalgando en el pecho

de los caballeros de luz

de laureadas cabezas...

y el rencor del ángel caído se desvanecerá.