Agujas de sastre circularmente giran,
giran acelerando el vértigo del tiempo,
tiempo que aprendió a ser valiente,
valiente a base de escapadas dolorosas.
Y doloridos van unos ojos que miran,
miran y lloran tras finales de cuentos,
cuentos de hada, de vidas diferentes,
diferentes e iguales, siempre llega odiosa:
La muerte.