Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada
como la pena de ser
ciego en Granada.
...................………….Francisco A. de Icaza.
¿Es que acaso no lo ves,
palpando por la Alcazaba
recordando lo que fue
cuando joven, por la Alhambra?
¡Dale limosna, mujer!
Al pie de Sierra Nevada
que se viste con encaje
cual novia que se engalana;
y cómo eso, el ciego sabe,
que no hay en la vida nada.
Son rincones con hechizo
de frutas que al florecer
transportan al paraíso.
Tristeza enorme para él
como la pena de ser.
De ser, quien no puede ver
las fuentes con sus cascadas
cuya alegría contagian.
Por eso una gran pena es,
quedarse ciego en Granada.
Cecilio Navarro 28/05/2015
derechos de autor reservados
Comentario:
Escogida la popular estrofa de Francisco Alarcón de Icaza, sobre la pena de ser ciego en Granada y se desarrolla, en lugar de con décimas,en quintillas, ya que estas son muy populares por esta tierra y sobre todo en estas fechas, por aquello de las Carocas. (quintillas irónicas del acontecer de la ciudad)
Aprovecho que el último verso es un pentasílabo para convertirlo en octosílabo como todas las quintillas.
Ser ciego es una pena, y si es en Granada doble. Mucho más, si no se era de nacimiento, sino que la desgracia acaece después de haber visto maravillas. Por eso pienso que esta glosa se complementa con la palabra “quedarse” No piensen que es enmendarle la plana a un maestro de esta categoría ¡Dios nos libre! Es simplemente, glosa.