Lamento quebrado
en las montañas azules
de mi entristecida alma,
atalayas...
heridas en su abandono,
y en sus silencios...
melancólicamente asaetadas,
yacen huidas...
y en su tristeza
tímidamente abatidas
en campos de tímida grana,
en los acantilados del tiempo
muere la tarde herida,
y en su mortaja...
en campos reverdecidos
de tímida grana enclaustrada,
melancolías azules
en los valles heridos...
de mi entristecida alma.
P.D: JOSÉ ANTONIO PANIAGUA MARTÍNEZ.