Antonio RV

Yendo al trabajo

 

Tres muchachos
a las puertas de la universidad
se quedaron fuera
por falta de talentosidad.

¡Oh, zagales
de ilusiones rotas,
me afligen vuestras lágrimas!.

Mas, como es intrínseco a la vida
no atorarnos y proseguir camino,
dejé la lástima, seguí mi destino.