A mi madre que tanto quiero,
que me abrigo en su regazo,
que me dijo un día te quiero
y que me lleno de abrazos.
La unica que comprende
mis penas y mis fracasos;
es la unica que entiende
cuando yo estoy en pedazos.
La que me mecio en la cuna
para que dormido quedara,
también me mostró la luna
para que yo no llorara.
Me regalo una fortuna
que llevo en el corazón,
es más grande que ninguna
pues me obsequio una ilución.
Me enseñaste desde niño
que debo ser muy amable,
que debo brindar cariño
y tambien ser amigable;
que cuando fuera a dormir
le diera gracias a Dios
y que pidiera permitir
terminar mis estudios.
Madre gracias te doy
por regalarme la vida,
porque aquí donde yo estoy
TE QUIERO MADRE QUERIDA.
Autor:
Alejandro Miranda G
Chiriquí, Panamá