toda la noche no;
sólo una estrella.
yo erguido trastocado
pero más pequeño que mi fatiga,
y aún más:
con mi viejo abrazo acongojado,
mi sangre se titula
a cada instante,
y sólo una virtud la detiene:
el amor,
pero no toda la noche,
sólo una estrella
cuando se prenden los océanos
como casas que se despiden
lentamente del puerto.
Y poco a poco nuestros cuerpos
se tocan se trocan se recuerdan.
la digo adiós a tu ausencia;
tranquilamente caminamos
tú sin mayor amor
-sólo una estrella-;
entonces mi miedo trepa
y baja como en un juego
que sólo mi corazón entiende
yo que estuve en la fosa común
de un cementerio
y que robé arrebatos y cópulas
y que en el fondo de tu nombre
lloré...
no vengo a maldecir ni a maldecirme.
quiero solamente
un poco de los grandes caminos,
y no me abandones
porque estoy desterrado y enterrado
como una planta negra
anochece otra vez
y no me pregunten cómo hago
para vivir entre muertos
que compiten por un trozo de algún pan
sólo quiero decir
que estoy un poco loco,
que mi cerebro está loco,
que ni siquiera los músicos de violín
me salvan de repetir
y repetir
los crímenes que cometo
cuando mi egoísmo me lo exige.
a doce mil metros de altura
un avión se va,
te lleva.
y todo es cautiverio.
G.C.
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