Se acaban de encontrar dos tristes mirlos
que viajaban calle abajo, sin rumbo,
que buscaban hospicio dando tumbos
y un triste poeta para describirlos.
Se acaban de encontrar dos mirlos tristes
que adormecen sus almas vespertinas
siguiendo los pasos de quien camina
sin saber bien la vida en qué consiste.
Pero tienen música sus graznidos
como tiene música la poesía,
y la música es arte empedernido.
Y cada nota trae la alegría
y la esperanza a los que están perdidos,
y toda nota es arte y sinfonía.