Bernardo Arzate Benítez

La avispa y la mariposa

 

 

 

Cuando era niño,aproximádamente,unos siete años,

en el campo de cultivo con mi padre,

sentados bajo un árbol llamado Cascalote,estábamos listos,

para calentar nuestros tacos y de esa manera disfrutar de los

sagrados alimentos.

 

Recuerdo perfectamente que nuestras sillas eran unas piedras,

muy bien escogidas por cierto,para estar sentados

cómodamente.

Claro como yo era un niño,realmente no hacía trabajo duro,

solo era compañía para mi padre.

Después de calentar los tacos, los comenzamos a comer,

¡Humm,que deliciosos eran!

Precísamente, me hallaba disfrutando de la comida,

cuando una avispa,llegó y comenzó a revolotear sobre mi;

mis pequeños ojos se olvidaron del delicioso taco y solo observaban la avispa;

sabía por instinto que eran animalitos que pican y causan un

dolor muy fuerte,

¿Cómo lo sabía? No lo se, pero lo sabía.

¿Había sido el olor del sudor lo que había atraído a aquella

avispa,o el olor de los deliciosos tacos?

no lo se. Lo que si supe es que no tenía la menor intención de

irse de mi.

Mi padre,parecía no notar aquello,pero lo notaba,mas adelante

lo sabrán por que.

Al ver,pues, que la avispa cada vez se acercaba mas a mi,

¡Salí huyendo de mi improvisada silla y me detuve a  como a

unos 10 metros!

¡Uff,había logrado escapar de esa molesta avispa!

Después de unos tres a cinco minutos regresé y continúe con

mi tarea.

No pasaros mas que unos momentos,cuando una bella

mariposa,empezó a revolotea cerca de mi. ¡Inmediatamente extendí mi mano,con la esperanza de que se posara en ella, sin embargo,después de unos segundos la mariposa siguió su

camino...me puse triste,yo quería,que aquella bonita mariposa

se hubiera sentado en mi mano.

Fue entonces cuando mi padre me dijo:

\"Mira hijo, en la vida,hay personas que son como las avispas y otras son como las mariposas.Las personas que son como las avispas,son aquellas,que nadie quiere,por que donde llegan luego quieren pelear, por eso cuando las ven venir,la gente empieza a irse poco a poco por que no quieren problemas.Otras personas son como las mariposas,pacíficas,a esas gentes, la gente las recibe con gusto de hecho hasta les dicen:\"siéntate aquí con nosotros\" por que son gente buena. Hijo,te voy a dar un consejo, nunca seas como las avispas,se inofensivo y pacífico como una mariposa\"

A hoy día, a los 56 años, de vida,aun recuerdo y trato de poner en práctica,aquel consejo de mi querido padre.

 

 

Una historia de Bernardo Arzate.