Abrazo en la paz de tu mirada
el néctar de tu encanto,
el placer de tus noches calladas
entre los claros de mi vida,
la locura de tu ensueño
y la alegría desbordante de tu llanto.
Cómo no abrazarte
si arde en mí el deseo de mimarte
y que esté lleno mi equipaje
del aliento de tu amor.
Cómo no decirte que es tu pecho
la esperanza de mi sueño
y el baúl de mis secretos,
donde calladamente tiembla
el secreto de mi alma
que siempre te buscaba
en el arroyo de la vida,
donde esculpida entre las rocas
acaricié tu amor un día,
cuando tus anhelos me pedían
que tocase tu alegría.
Hoy, tu gozo y tu suspiro es el mío.
En ellos explota
el hervor de tus latidos
y me arropa
la promesa de tu amor...