Olvidé los tiempos
del amor verdadero,
de los sentimientos mágicos
de un mejor hoy e íntimo ayer.
No albergo paz interior,
no tengo libertad ni para mí mismo
soy un poeta marchitado por el odio,
que bebe mas de una copa por la noche
Y, entre beber un brandy,
leer un buen libro o
callar tranquilamente los reclamos,
se extingue mi tiempo,
la desconfianza de saber que existo
me vale de cuerdo y de loco.
Me hundo, me hundo
en mis propios sentimientos.
los sentidos se empobrecen
porque no hay sinceridad
más propia que una mentira
granizada de todos los pecados
que he cometido.
Cansado de delirios ahogados
de una memoria interrumpida
me embriago con el brillo
de la luna opaca
y del rumor del sueño eterno.
Los días se me van muriendo
y yo los siento incontrolables,
el afecto se vuelve terminable
con el espíritu puesto en estos versos.
Desolado, me obligo a pensar al anochecer
huyendo de mis realidades,
como acompañando las hojas secas,
las gotas caídas de la lluvia,
del dejar ser yo mismo
me marchito en este poema
que hoy sin querer he escrito.