Te llamé!... no sé cuantas veces
tú como si nada
y mis escritos aún no se si te llegaron a gustar
y yo apenado tuve que decir basta!
dejaré la puerta de mi alma abierta,
a ver si una dama pasa y con una mirada
me borré la pena y entre la alegría
sin tener que llamar y lo escrito
lo haré en esa tarde donde cae el sol
cerquita de mi casa entre gaviotas velero
y no falte una dama con su andar me hará inspirar
lo bonito de ese sol cadencente
o de la belleza de la mujer .