Juan Senda

((((((((((DOS HERMANAS))))))))))

DOS HERMANAS

 

Ayer salí por la noche

a penas sin tener ganas

sin luna de blanca perla,

la noche de doble capa.

 

 

Fui bajando por la arena

entre la seca y mojada

y sentí como de lejos,

el canto de varias garzas.

 

 

La noche se hallaba fría,

el silencio se acostara,

el eco marchara lejos

y la mar tenía guardias.

 

 

Me fui acercando a la orilla

donde las olas bramaban

y vi dos hombres con redes

en la orilla de la playa.

 

 

Yo les di las buenas noches,

ellos ni media palabra

y al lanzar el resplandor

de mi linterna encarnada,

taparon los dos el rostro

y se pusieron de espaldas.

 

 

Me angustié por atrevido

ya que nada me importaba,

mas usando el poderío

que siempre tuvo la playa,

me apoyé para saber

a ver que peces pescaran

y cuando lancé la luz,

sobre la red y las algas,

se taparon sus melenas

y con las manos la cara,

y de pronto di la vuelta

la vuelta para mi casa

pensando quienes serían

aquellas extrañas caras

pues lo supe de repente

por la red y por  la barca.

 

 

Pues resultando el misterio

de dos personas extrañas,

vinieron a ser mujeres

vestidas de ropa de aguas;

que estaban pescando solas

solitas las dos hermanas

porque la madre y su padre

los dos enfermos estaban

de pulmón y pleuresía

pero alimentos faltaban

de aquella casita pobre

tan pobre y olvidada

por toda la vecindad

sin corazón ni entrañas

mas gracias a las chiquillas

que por dos hombres pasaban

en las noches taciturnas

pescando desde la playa

y conseguir el sustento

para todos los de casa

y se vendían la pesca,

mintiendo que la compraran

a hombres de la \"rapeta\" (cerco)

y así, sus hechos salvaban

de toda mosquita muerta

y de las lenguas más largas

por tenerlo por vergüenza

que dos mujeres honradas

trabajasen con sus redes

de cerco desde la playa. 

 

 

En las noches del invierno

cuando la mar se calmaba

para solventar la vida

la vida que agonizaba

en una casa de piedra

en la sombra y solitaria,

y en esta sombra vivían

gracias a las dos hermanas,

que pasaron sin escuela

y a nadie les extrañaba,

que aquellas lindas chiquillas

desde la más tierna infancia,

no supiesen de un pupitre

para liberarse el alma,

pero era la pobreza

que las tenía cercadas,

padeciendo mil tormentos

y tantas cosas amargas;

así pasaban la vida

de forma humilde y callada,

gracias a las dos chiquillas

a dos unidas hermanas,

intrépidas marineras

como los hombres de alma

mas cuando las vio la luna

desde una triste alborada,

descendió por su escalera

y llamó las madrugadas,

y al canto de las mareas,

y a sus tambores de nácar

para llamar a las peñas,

y a todas las mansas playas

y al misterio de las rías,

y al silencio de la anclas,

a las proas de los barcos,

y a todos los catalejos

que cuelgan en las bitácoras,

para observar en los mares

las destacadas distancias

y por ellos se vean velas

de corbetas y fragatas

 

Pues llamando a las estrellas

que al festejo se sumaran,

mas tarde llamó a los vientos

y a las más negras borrascas,

y a los chubascos de nieve

y a los fríos que pasaran,

aquellas lindas chiquillas

con la rapeta en la playa.

 

 

Y al final llamó a la luna

por una fortuna encontrada

por aquellas dos chiquillas

en una barca enterrada,

en el rincón de la ría

que desde siglos estaba,

llena de cofres con perlas

y de verdes esmeraldas,

pero la luna con fuerzas

aquella grande fortuna

la luna les entregaba,

un mapa con cuatro firmas

como una herencia encontrada,

para aquellas dos chiquillas

para aquellas dos hermanas,

las que pescaban con redes

y con su negra chalana,

las que pasaban por hombres

y se tapaban las caras

para que nadie supiese

la pobreza de su casa.