Bajo la luz liviana de un candil
me leí tus poemas uno a uno,
no fueron dos ni tres que fueron mil
y no quiero olvidarme de ninguno.
son tus versos un mundo de emociones
donde vaga desnudo el pensamiento,
son tus letras un mar de sensaciones
donde suele remar tu sentimiento.
¡Por los dioses!... no olvides de que existo
porque libo tu néctar cada día,
y a dejar de leerte me resisto,
se podría morir el alma mía.
Con luz tibia te quiero responder,
eres inspiración bella mujer.