\"Seré curioso
señor Ministro
de que se ríe
de que se ríe\"
-Mario Benedetti.
Se escuchan las voces
tocando a las puertas,
entre roces y roces
retumban sus protestas.
Nunca faltan oídos,
frente a palabras muertas,
y se van convencidos
con el alma serena.
¿Oye usted el lamento
de estas almas viejas
que van dulces pidiendo:
Fierro, catre, botella?
¿Usted oye, señor ministro
aquella lluvia bella
en donde cada distrito
desgloza una pena?
Usted no ve los arapos
que con orgullo llevan,
Padres, tíos y hermanos
aguardando la cena.
¡Usted oye el lamento,
de estas almas viejas,
que van dulces pidiendo:
Fierro, Catre, Botella!
O Premier ¿Usted siente
el dolor y se queja?
¿O su casa en Planicie
esta llena de esteras?
Usted duerma tranquilo
ante la pena ajena,
repleto de egoísmo
y con ego en las venas.
¡¿Oye usted el lamento,
De estas almas viejas,
que van dulces pidiendo:
Fierro, Catre... Botella.