No sabía a donde mirar,
si ver el cielo o el suelo.
No sabía si irse o quedarse,
si la noche llegaría antes de lo esperado.
Ella se encontraba ahí, donde estuvieron juntos la última vez,
y no sabía que hacer con su vida
pues la pregunta existencial estaba marcada en su ser.
Por lo que lo mejor fue esperar una vez más.