frehyaa

Perdona si me quiero ir.

Desdeño mi cerebro al matiz firme de tus pies, a la textura de tu piel marcada, esa, que desde antaño me ha sido imposible dejar de respirar el humo de tu aroma mortal, aquélla esencia de café de grano exquisito…

de ti.

 

He decidido dejar de inhalarte cada vez que deambulan las iniciales de tu nombre, que bien, no sé si deban seguir rondando por mi mente, o mejor dicho saborearte cada vez que bebo el brebaje que sin más ni más me repite que deje de pensarte.

 

Y una vez más he decidido terminar con todo esto, como tantas veces; acabar con este amor que he cargado minuto a minuto. Un amor puro he de llamarlo, un amor amargo, un amor complaciente, un amor de aquellos que no encontraré nunca más. Porque eras de esos amores en donde encontraba refugio, de aquéllos donde podía controlar mis impulsos y tirar todos los problemas enmarañados de mi cabeza, ya que sabía que estando bajo tus brazos yo caía en un colchón de anestesia.

 

Me he terminado mi taza de café esta noche, no sé si deba seguir saboreándolo ya que necesito dejar de beberte, de fumarte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno, diría Sabines…

 

Hay ocasiones en las que no me canso de esperarte, de esperarnos…

Pero hoy, esta noche bebo la última taza de café amargo para decirte:

Perdona si me quiero ir.