Era un hombre
melancólico...
vertido de miel
y jara,
y entre bosques
espinosos...
su frente
dulcemente
soñaba,
heridas
de lirio blanco...
en mares
de tibia nata,
en los campos
de Castilla...
muere la noche
atravesada,
en lagos
de blanco idilio...
en prados
de blanca
espada.
AUTOR: JOSÉ ANTONIO PANIAGUA MARTÍNEZ.