Imperecedero
Soneto en alejandrinos
Por senderos con niebla, vaga mi alma desnuda,
mientras hadas del bosque, conjuran sus hechizos
y dulces melodías, canturrean los ríos
entre serenas sombras, donde ronda la luna.
Con fragancia a jazmines, se viste la penumbra
impregnando la brisa, despertando sentidos...
Pasiones que no esconden, sus venerables ritos,
¡ceremonias en pieles, extremada locura!
Las espumas bordadas, acarician las playas,
¡majestuosos añiles!, mares orlados de olas,
donde nos fundiremos, en pasionales besos.
Y nos elevaremos, como blancas gaviotas
al paraíso tierno, donde anidan las almas;
¡amores que perduran, son imperecederos!
Ana María Di Bert
24/06/2015