Entre la penumbra de nuestra habitacion, para mi, tus particulas son imperdibles, no existe otra mujer que levante en mi, una resureccion tan firmemente enaltecida, que me lleve en sueños a vagar como el polen entre las corbiculas de la abeja, que suavemente me sumerja en su tan femenino carpelo y me perfume la vida; en esa eternidad que noche a noche, empieza de nuevo…