En honor al fiscal Julio césar STRASSERA
En una rigurosa madrugada el aire inmensurable
claudicó en los pulmones del hombre probo,
que con irrefutables argumentos
había arrastrado por los hirsutos pelos
las mugrosas botas del fascismo intocable.
La soberbia tirana entró con sus letrados,
edecanes cómplices de prestigio ilustrado.
El ardid planificado expandió su estrategia
hasta el ápice fatigante de la lengua persistió
la integridad del fiscal con palabra férrea.
Fructífero resultado cuando señalaron los muros clandestinos,
donde el látigo eléctrico flageló testículos gimientes,
más cerca de fosas agrupadas, confusos huesos sin nombre
grabaron los hechos de inexplicables desapariciones.
Abrió tanto el hocico impune con ofensivas rostros
sin saber que la memoria no honra el genocidio
y la imagen popular se grabaría en postreras generaciones.
Residuos de explosivas cenizas catapultó el querellante,
retrotrajo la intercepción de horrores en los sesos fragmentados,
sus representantes alzaban la voz con estruendo suicida.
En ambigua dialéctica la norma embustera incitaba al recinto el repudio del mensaje.
La bífida directica enumeró ya vencida el artificio
de los cuerpos vituperados ante la imparcialidad del juzgado.
El episodio era nefasto escenario, las víboras serpenteantes
regurgitaron el recóndito carcelario de las covachas malolientes.
Atisbos de repudiables sonrisas, náufragos en delirio desesperado.
La fusilería del secuestro invisible tenía las metrallas de pólvoras vacías.
Las columnas temblaron bajo los palcos del pueblo dolorido
y ante la impronta de la sentencia
irrumpió el cerrado aplauso cuando el coraje de aquel hombre invencible
mostró su incalificable peto de valentía.
La convicción de la certeza erguida se pronunció ante la alta magistratura,
retumbó la frase épica que cambiaria la historia con decencia
y bajo la libre acción Presidencial
la certidumbre de la fiscalía resaltó…
! Señores Jueces, NUNCA MÁS!
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Strassera cerró su alegato con esta frase:
Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: \"Nunca más\".11
El 9 de diciembre se dictó la sentencia condenando a Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera a reclusión perpetua, aRoberto Viola a 17 años de prisión, a Armando Lambruschini a 8 años de prisión y a Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión. Por las características que tuvo, la condena a las juntas militares realizada por un gobierno democrático constituye un hecho sin precedentes en el mundo, que contrastó fuertemente con las transiciones negociadas que tuvieron lugar en aquellos años en Uruguay, Chile, Brasil, España, Portugal y Sudáfrica.
Después del juicio, Strassera fue representante argentino ante los organismos de derechos humanos con sede en Ginebray con motivo de los indultos de los militares dispuestos por el presidente Menem, se retiró de la función pública y se dedicó a ejercer su actividad como abogado y a participar activamente de la actividad de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), organización de la que forma parte integrando su presidencia.
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2-
HORA DE MI LUZ
Agua que en los parpados cerrados
del sol llevas forma de cristal,
augura profecías en las ramas del álamo
que respira en la ventana.
Se arquean en caucas
con la brisa danzante del mediodía.
Surtida figura,
electa flor de luna,
uniformidad en mi voz
que clama
la convocatoria del
cuerpo en oleaje/
Reclama mi boca
la potencia de sus sales
con el poderío de mis besos.
Soy el desesperado ejército
en vuelo de ave,
Rapiña de tus márgenes,
disparo de fuego
en las alas del cielo
que se abren sobre tu velo de espesura/
Mujer…
Llevas el incendio del madero en tu mirada,
los brazos del fuego color ámbar
que deslumbran mis moradas,
desde tus torres altas
donde parpadean estrellas
en tu reino de rosas alumbradas/
Hora de mi luz,
no entra en mis ojos el caudal
súbito en la voz del río cantando.
Sostén el vilo de mi peso en las bahías
ondulantes de tu sembrada figura,
El mundo trae sus pesares y
nosotros la lluvia que lava las heridas,
Con la claridad filtrada en tus algas flexibles,
eres la espalda del ágata,
el color rojo del cuchillo que saja
fluidos de canales/.
Ahí donde centellea
tu cuerpo de rama mojada
con el flujo de mis aguas rozando
las rocas,
se hace transparencia
y sonar de atabal
Retumban/
Si, retumban
las galerías de mis bosques,
las columnas encantadas que cimbran
bajo los pasillos de tu enarcado
pueblerino de entrecejo
como un otoño de sombras diáfanas
que entró por las hendijas de tus espejos/
Siémbrame en tu vientre de maizal soleado
donde el colibrí quemó sus alas.
Siémbrame bella,
soy el grano único que resiste
la luna caliente de tus oníricos deseos y
la desnuda llama que toca hasta tu frente.
Me haré tórrido y ardiente
en las ondulaciones que cantan
sobre tu invisible falda
y con los arpegios
de mis lobunos dedos de agua
emergidos de salvajes azucenas
dejaré en ti cada fragmento
de mi cuerpo de montaña
y que destelle,
que destelle o se apague la luz
porque mi tacto
hallará a tientas ciegas
tus charcas anegadas/.
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