“Rumora el ave viajera
que ha visto aquella sonrisa
la que entregaste a la brisa
envuelta en suaves violetas”.
Aris Elizabeth Segovia Meneces
Es la vida pasajera
De un glamoroso navío
Que navega por el río
Rumora el ave viajera.
Cabalga el amor de prisa
Y sonríe sin cesar
Privilegiado el juglar
Que ha visto aquella sonrisa.
Qué contundente y precisa,
Qué juguetona y constante,
Esa ofrenda tan galante,
La que entregaste a la brisa.
Por las veredas secretas
De tu alma bienhechora
Se pavonea la aurora
Envuelta en suaves violetas.