Tú, linda casa que amenazas ruina,
que a forasteros les brindas tu portal,
que de aquí sean o de marte te da igual,
que vendes el placer en cada esquina.
¡Pobre mansión compuesta de argamasa
chamuscada por sol pero sin toldo,
que bailas al vaivén de alguna brasa
y observas las pavesas y el rescoldo!
Cada día que pasa es tu morada
aceite de un candil que se consume
para de inanición morir ajada.
Del cigarrillo la última calada
a expensas ya de que esa luz se esfume
y ponerle un bozal a tu almohada.
©donaciano bueno