Tan acostumbrado a decir adiós,
que hoy en día es mi palabra favorita,
tan acostumbrado a dejarte partir,
que me parece extraño que sigas aquí,
tan pendiente de tu partida,
que escondo mi sentir en lo más profundo de mi.
Decirnos adiós es parte de un ciclo sin final,
y nos resulta imposible no decirlo a cada minuto,
el adiós para ambos es tan normal como respirar,
se podría decir que es nuestro único y exclusivo “Te quiero”.
Quisiera tanto acabar este poema,
Pero ni su servidor sabe que continuara,
Quisiera escribir el punto final,
pero mi cobardía me obliga a escribir dos mas…