Es algo divino
cuando el amor nos seduce el alma,
y en un vaivén de sensaciones, nos enamora de quién Dios,
en premura desmedida nos ha puesto en el camino.
Y más divino ver por unos ojos
de cristal nocturno,
que reflejan sin condición la ternura infinita
que al amar entrega ese ser.
Y el corazón no duda en decir Sí
para hacer de aquel amor la otra mitad ideal,
para ser uno solo, para complementarse..
Ser uno solo, unidos para amarse
eternamente.