Así, con suavidad,
una y otra vez,
me gusta sentirte,
pero mas me gusta
estar besándote,
subo a tus montañas,
me poso en ellas,
están majestuosas,
siento su tersura,
me abalanzo a las puntas
para sentir su totalidad
dentro de mí boca,
les beso, les absorbo,
levemente comienzo a mordisquear
y así pasan los minutos
saboreando su curvatura,
siento tu roce en mí,
como viento fuerte
que hace vibrar
lo más profundo de mi ser,
siento como tu cuerpo
va entregándose,
cayendo en un abismo
profundo de éxtasis.
Vibra mi cuerpo,
mi cerebro no resiste
las descargas de placer,
te embarco en este viaje
de placer y de gozo
profundo, me dejo llevar,
cual barco en alta mar
soportando una tormenta,
sin poner resistencia,
con rumbo al placer
que me das tú
acompañándonos en este viaje
los dos a la vez,
entregándonos en la intimidad
de nuestras vidas, de nuestras almas,
de nuestro existir.