“En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido
allí estará mi tumba”.
Gustavo Adolfo Bécquer
Encontrarás mi mano hospitalaria
En el fulgor del monte carmesí,
En el alba portentoso, claro, y
En donde esté una piedra solitaria.
Moro donde surge una
Escultura arrogante
Casi insignificante
Sin inscripción alguna.
No le encuentro sentido
Abrir mi tienda ajada,
De jirones signada,
Donde habite el olvido.
En el rayo que zumba.
Tierra marabalera.
Augusta, placentera,
Allí estará mi tumba.