Esto sucedía
Casi siempre todos los viernes el salía,
cobraba la semana mi papa,
y el dinero supongo lo tenia
pero aún no estaba en casa,
rápidamente anochecía
pero las noches eran largas,
sonaba la rocola y ahora amanecía,
aunque el amanecer no aparecía,
yo como niño aun sabia,
que el sol estaba lejos de salir,
la luna aún estaba allí, se resistía,
como afrontando la noche,
sin querer abandonar.
Nunca sabía que horas eran,
pues no tenía reloj ni como ir,
pero deseaba llegar a mi casa,
a mi camita y dormir.