La tarde esta gris con presagio de lluvia…
La luz de la lámpara parpadea amenazante.
Se desata la tormenta, sin permitirme ver el último ocaso ante tu presencia.
La puerta se cierra bruscamente…
Desde un rincón de nuestra casa, te veo partir,
muda de palabras, solo mis latidos y la lluvia,
como ritmo de tambores anunciando la despedida.
Si supieras… no puedo hablar,
las palabras se atropellan en mi garganta, se anudan en mis labios
sin poder emitir un sonido.
Un suspiro sale de mi boca y un caudal de lágrimas de mis ojos.
La noche oscura y el frío penetran mis huesos.
La lluvia suena a lamento…
No más dudas, no más preguntas, solo certezas que hielan el alma.
Tus pupilas oscuras, que amo tanto,descubrieron otros ojos...
La lluvia que acaricio tantos encuentros de amor,
ahora empapa mi cara inundada en lágrimas,
dejando este abismo de agonía entre la noche y el alba.
La calma vendrá después de la tormenta.
Sabes, todo se desvanece, nada es eterno…
Mañana, mañana se evaporara la lluvia,
y con ella también mis lágrimas.