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Ella sabía buscarme, no se quería alejar…
Yo no quería encontrarla, la prefería olvidar…
Ay! Como ella insistía, no se apartaba de mi,
lograba que la quisiera, aunque me hacía sufrir.
Así con ella en mi alma, abrazadas fuimos una,
una cuando lo soñaba, una, cuando lo perdí.
Una, solamente una, sufriendo sin condiciones,
ella conmigo aferrada, porque se lo permití.
El silencio a borbotones Juntas nos despellejaba
y juntas nos envolvía, pues ella vivía en mí.
Ella no tenía un nombre para poderla nombrar,
pero seguía a mi lado, no me quería dejar;
entonces, para llamarla y hacerla mía de un día
Yo la llamé soledad, por ser parte de mi vida.
Y así, la tengo a mi lado, por amor o cobardía,
ya no podría dejarla, aunque quisiera no puedo,
ella es mi propia alma, y por ella me desvelo.
Soledad está en mis noches, asomadita en mi cielo
soledad está en mis días cuando no encuentro consuelo.
soledad llevo por nombre, porque a ella me entregué.
Autora Alicia Almeida*Diluz
29/6/2015