Vino la flor que alegra mi vista
Natural es su color blanquecino,
Parecido a los campos verdecido
Hermosa que mi voluntad resista.
Llego la tarde de sol acaecido
Sus rayos dibujaban mil aristas,
Los trazos de sus pasos parecidos
A las huella carbón de los artistas.
¡Ah, que feliz se siente el complacido!
Soñé despierto sin ocultar la vista
El resplandor de anoche amanecido.
Mañana dormiré, aun sorprendido
Quedaré despierto, sueño no insista,
Sublime avecino que vino a mi nido.