Respiro tras respiro, paso tras paso;
sin objetivo, sin rumbo, perdido en el mundo,
mis ojos se cruzan con la fatigada mirada
que resignada, el espejo me devuelve al mirar.
Y me pregunto: ¿Acaso es menos doloroso
seguir caminando en la dirección equivocada;
o pararme a contemplar la agonía de mi propio reflejo?
Son las promesas de un ayer que se convirtieron
en las palabras olvidadas de un mañana que nunca será,
el precio pagado por servirles a los mortales,
y elogiar las vanidades de mi propia vida.
Y me pregunto: ¿Acaso es la miseria guiada por la mano
del destino, quien forja mi camino;
o el viento que sopla sobre el mar donde navego
...en busca de la promesa de la inmortalidad?
Marco \'14