Una rosa
temblorosa
se ruboriza
ya que la brisa
de la tarde fresca
llegó a la floresta
y le alzó su falda carmín,
mostrando su desnudez
en pleno jardín,
y la vio con timidez
su amigo el jazmín.
El jazmín al verla apenada
le dijo: Sigue adelante
eso fue solo instante
y haré de cuenta que no vi nada...
Tranquila mi estimada
sigue en el jardín en paz
¡Qué viva nuestra amistad!
¡Venga para abrazarla!