¿Cómo me recorriste en plenitud
llegando a las profundidades de mi ser?
Fue tu verso sobrevolando
en mi piel adormecida ,
fue esa música como manantial
que a nuestras soledades unía.
Fue tu alma de docente
que enhebraba nuestros horizontes.
Fueron los dedos invisibles
que entrelazaron nuestros sueños.
Fue la emoción nueva en el asombro perplejo.
Fue tu palabra que me erizaba
fue mi respiración en tu pecho
cuando el cielo en nuestros brazos giraba.
Fue tu pasión que... a amar me enseñaba
ya sin insomnios en la almohada .
Y fue tu voz que me desciende,
en la espesa noche, como el rocío
goteando en mis nuevas fiebres.